9/06/2011

Mary and Max: De esas que te hacen llorar

Por: Gabilú Mireles

Hay historias que te hacen reír y otras que te hacen llorar.  Hoy leí a un actor diciendo que es más fácil hacer reír que hacer llorar.  Hoy también vi una película que me hizo reír y llorar, a veces al mismo tiempo. 

Confieso que siempre lloro cuando veo a los personajes llorar en la pantalla.  Aun sabiendo que son actores, es su trabajo y no es real, me cuesta imposible evitarlo.  Y hoy una animación de plastilina me hizo llorar, más de una vez.

Mary and Max, un drama animado sobre una niña australiana, un viejo de Nueva York y su peculiar amistad por correspondencia, fue el primer filme en esta semana de Animación del Cine Club.  Arturo, quien eligió la película, nos advirtió: llévense su cajita de Kleenex porque van a llorar mucho. 

Al empezar la película, te toman por sorpresa los diálogos tan naturales y sinceros de Max, el típico vecino extraño y gruñón, con palabras simpáticas, casi tiernas y sin lugar a dudas histericamente graciosas.   Pero resulta que Max no es tan típico.  Max es un hombre judío con tres metas en la vida: tener una dotación de por vida de chocolates, tener un amigo y la otra no se las digo para mantener el suspenso.  Tiene un amigo imaginario que por órdenes de su psiquiatra debe quedarse en la esquina del cuarto leyendo libros.  Camina por las calles de Nueva York con un casco de motociclista (pero solo en primavera), los domingos cena con su vecina casi ciega, inventó una receta de Hot Dogs de chocolate y no comprende a la gente que tira basura en las calles, principalmente colillas de cigarros.  

Por azares del destino, Max se fue a topar con Mary.  Bueno, más bien fue Mary la que inició está amistad por correspondencia y ella se encarga de hacer todas las preguntas incómodas: ¿cómo nacen los bebés en Estados Unidos, salen de latas de Coca-Cola? y ¿alguna vez has hecho el "sexy"?

Tan opuestas que pueden parecer las vidas de un cuarentón judío en Nueva York y una pequeñita en los suburbios de Australia, estos dos peculiares personajes comparten sentimientos de rechazo, incomprensión y soledad.  La vulnerabilidad plasmada en las inocentes cartas de Mary ponen la piel de punta hasta del más insensible.  Y después de meses y años enviándose cartas.... no puedo decirles el final pero la predicción de Arturo se cumple.  Todos lloramos.


Mi calificación: ☺☺☺☺ [de 5]

Dato curioso: Este filme tiene alrededor de 132, 480 cuadros individuales.  Se llevaron más de 50 semanas en la producción, en las que un equipo de 50 personas realizaban dos minutos y medio de animación a la semana [!!!], un promedio aproximado de 40 segundos de animación por día.

www.maryandmax.com

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